Sean Combs, en prisión a la espera de juicio por tráfico de personas, acumula ya 11 denuncias por abuso sexual

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Sean Combs está en la cárcel a la espera de juicio, perLa pena mínima que enfrenta Combs es de 15 años de cárcel por el delito de tráfico sexual, pero puede llegar a pasar toda su vida en prisión. Él se ha declarado “no culpable”. Aunque sus abogados pidieron que esperara al juicio —previsto para el 12 de noviembre— fuera de la cárcel gracias a una fianza de 50 millones de dólares, la jueza se negó. Está en un protocolo específico antisuicidios y, desde el lunes, encarcelado en el centro de detención de Brooklyn, donde comparte espacio con otros presos de alto perfil como el expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández y el ex director ejecutivo de FTX, Sam Bankman-Fried, y en el que no tiene que compartir áreas comunes con otros reclusos.

Hasta ahora, las demandas contra Combs han sido otras nueve, 10 con la de Thalia Graves. En noviembre de 2023, dos mujeres demandaron: Joi Dickerson-Neal, que le acusó de violarla y grabarlo en 1991, cuando ella tenía 19 años; y Liza Gardner, que aseguraba que en 1990 las agredió a ella y a una amiga. Solo un mes después denunció una cuarta mujer anónima, en una de las demandas fundamentales del proceso judicial: denunció que traficaron con ella sexualmente y la trasladaron en un avión de Detroit al estudio del músico en Nueva York para violarla cuando era, además, menor de edad.

o eso no evita que pueda ser denunciado. Este martes se ha conocido que una mujer de nombre Thalia Graves le ha demandado por abuso sexual y violación, en la que sería la denuncia número 11 en apenas 10 meses contra el rapero, productor y empresario, ganador de tres premios Grammy. Ella misma ha dado una rueda de prensa horas después donde, sumida en llanto, ha hablado de las graves consecuencias que aquellos hechos le provocaron.

Según unos documentos a los que ha tenido acceso inicialmente la web TMZ, Graves denuncia tanto a Combs como a uno de sus guardaespaldas, llamado Joseph Sherman, por haber abusado sexualmente de ella y también por violarla en el año 2001, así como de grabar lo ocurrido. La mujer explica en los documentos judiciales que conoció al músico cuando ella tenía 25 años a través de su novio, que entonces era empleado en Bad Boy Records, la discográfica del artista. En el verano de 2001 compartió un viaje en coche con Combs y Sherman, que le ofrecieron una copa de vino; tras consumirla empezó a sentirse “mareada y físicamente débil”, según los documentos, y que incluso llegó a perder la consciencia. Al despertar se vio desnuda y maniatada en el estudio de Combs en Manhattan, mientras el músico le aplastaba la cabeza contra una mesa de billar hasta que ella vomitó; sin embargo, él no cejó en su violencia. Explica que, en sus idas y venidas de consciencia, ambos la violaron.

Thalia Graves también asegura en la demanda que hasta ahora no se había atrevido a denunciar porque tenía miedo de las represalias de ambos atacantes. Pasó por una depresión durante cuatro años, llegando a pensar en el suicidio, y también tuvo graves problemas de ansiedad, que se agravaron en noviembre de 2023, cuando supo que el ataque fue grabado y que ambos “seguían mostrando el vídeo de la violación durante años y lo vendieron como pornografía”.

Horas después de conocerse la denuncia, Graves y su abogada, la conocida y poderosa letrada Gloria Allred, han convocado a la prensa para hablar de la cuestión. “Es un dolor que llega hasta lo más profundo de lo que eres”, ha afirmado Graves entre lágrimas, explicando que “la vergüenza” y “la culpa” todavía la persiguen y la afectan en su día a día, en el que tiene “flashbacks, pesadillas y pensamientos intrusivos”. “Paso por rachas en las que me siento distante y retraída. Me cuesta mucho salir de casa. El trauma de la agresión se ha cobrado un peaje en mi salud mental”, ha explicado, afirmando que tiene “cicatrices emocionales” y que le cuesta confiar en la gente y mantener relaciones sentimentales y sexuales. Allred ha explicado que por cuestiones legales no puede hablar del caso en profundidad, pero que en ningún caso su clienta “autorizó la grabación en vídeo, del mismo modo que nunca habría consentido ser una víctima en el modo en el que lo fue”.

Esta es la decimoprimera demanda que recibe el músico —también conocido como Puff Daddy o Diddy— desde noviembre de 2023, cuando su exnovia, Casandra Ventura (artista conocida como Cassie), hizo públicas sus violaciones, abusos, palizas y amenazas en una demanda que, sin embargo, retiró apenas un día después tras un acuerdo extrajudicial. Pero aquello sentó las bases para que llegaran otro puñado de ellas, la mayoría por parte de mujeres que relataban los abusos constantes por parte de Combs y cómo este jugaba con sus vidas y sus carreras para mantenerlas sumisas, temerosas y calladas.

Todo ello hizo que el pasado lunes 16 de septiembre fuera detenido en Nueva York, como parte del veredicto realizado en secreto por un gran jurado. El martes 17, hace ahora una semana, se conocieron los cargos. Combs fue acusado de tráfico sexual, asociación ilícita y transporte para ejercer la prostitución. En la acusación, de 14 folios, se lee que “durante décadas el acusado abusó, amenazó y coercionó a mujeres y a otras personas a su alrededor para cumplir sus deseos sexuales, proteger su reputación y esconder su conducta. Para ello, Combs confió en empleados, fuentes y en la influencia de su imperio de distintas caras, que dirigía y controlaba, creando una empresa criminal en la que sus miembros y socios se dedican, o trataron de dedicarse, entre otros crímenes, al tráfico sexual, los trabajos forzados, el secuestro, el robo y la obstrucción a la justicia”.

Ya en febrero, un productor con el que Combs trabajaba habitualmente llamado Rodney Jones Jr. le acusó de tocamientos no consentidos, y en mayo llegaron dos más. Primero, la de una modelo llamada Crystal McKinney, que contaba que en 2003 él le obligó a practicarle sexo oral tras drogarla en su estudio. Segundo, la de April Lampros, que describió las agresiones de Combs cuando ella era una estudiante de en Nueva York a quien él le hacía promesas de futuro. En julio, Adria English, que trabajó en una fiesta en los Hamptons en 2004, le acusaba de un delito de tráfico sexual, de obligarla a beber alcohol y consumir drogas y de ofrecerla a amigos para mantener “intercambios sexuales”.

La novena demanda es, hasta el momento, la única que hasta ahora tenía sentencia y que se ha conocido a posteriori de esta. Tuvo lugar en junio pero se supo en septiembre. Derrick Lee Cardello-Smith, de 51 años y preso en Míchigan, le acusa de abusar de él en una fiesta en 1997. La juez le impuso a Combs una multa ejemplarizante de 100 millones de dólares, ya que no se presentó en el juicio. Hasta ahora, antes de la de Graves, la última denuncia había sido interpuesta por una cantante llamada Dawn Richard, vocalista de Danity Kane (un grupo que precisamente él creó en un programa de televisión), que acusa al rapero de abusos sexuales y amenazas. Ella asegura que el rapero la manipuló durante años y que la obligaba a seguir sus instrucciones, como presentarse a reuniones en ropa interior; si no lo hacía, no la dejaba cantar o le apagaba el micrófono. También la manoseaba y golpeaba en las nalgas, le arrojaba objetos cuando se enfadaba, y, en ocasiones, no le pagaba y la privaba, a ella y a sus compañeras, de alimento y de sueño.