Escenario abierto para el proyecto en Cámara Alta. El Gobierno hizo reformas, pero aún hay desacuerdos. Rol clave del ya exministro del Interior.
“El ascenso de Guillermo Francos es una ratificación a su poder de negociación”, le dijo un senador de la oposición considerada dialoguista a este medio. Ya con el traje de jefe de Gabinete, el principal articulador de acuerdos para que la ley Bases y el paquete fiscal avanzaran en Diputados busca replicar su hazaña en el Senado. Por el momento, y a menos de 24 horas del debate en comisión, esa posibilidad es un total interrogante.
Como primera medida, Francos se reunió con la vicepresidenta Victoria Villarruel durante una hora con los presidentes de todos los bloques del Senado… menos el de Unión por la Patria. Los senadores continuaron el encuentro ya sin representantes del Ejecutivo pero no lograron un acuerdo concreto sobre lo que pasará este miércoles a partir de las 15 horas en las comisiones de la Cámara Alta. Una vez más, el oficialismo gestionará con la adrenalina y la presión de la necesidad de un anuncio.
La prioridad que le otorga el Gobierno a la ley es tal que suspendieron la exposición que la canciller Diana Mondino tenía programada para este martes con el Senado. “Superposición de agenda”, argumentaron desde el oficialismo: tres horas antes, la funcionaria participaba del desayuno de mediodía que el Gabinete libertario registró para las redes sociales.
Ley Bases: nueva estrategia del Gobierno
La nueva versión de la ley Bases ya está en los despachos de los senadores. “Lo mantienen bajo siete llaves”, dijeron a Ámbito. Lo que sí se conoce es que, en vistas a la posibilidad de que no obtenga los suficientes respaldos para llegar al dictamen, el oficialismo tiene un Plan B: que algún bloque disidente -apuntan a la UCR- emita un dictamen que eleve el proyecto al recinto.
El radicalismo definirá una postura como bloque en una reunión este martes por la noche. “De todos modos se votaría afirmativo en general, manteniéndose firme en las modificaciones propuestas, de las cuales el Gobierno aceptó casi todas”, señalan desde el entorno de un senador radical afín a la ley. “Me da la sensación que algo se está acomodando”, se lamenta una importante fuente legislativa del peronismo.
Al rechazo del bloque mayoritario del Senado (el de Unión por la Patria, que cuenta con 33 votos, a cuatro de la mayoría), se le suman nuevos inconvenientes. Los dos senadores de Por Santa Cruz, que en sus primeras intervenciones se expresaron reticentes a acompañar al Gobierno, aún no tomaron postura pero no participaron de la reunión con Guillermo Francos y Victoria Villarruel. El gobernador Claudio Vidal negocia con el Gobierno el avance de las represas en la provincias (hoy paralizadas) y evitar la privatización de Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT).
Sí fue el presidente de Unidad Federal, el correntino Carlos Espínola, pero no logró las modificaciones que su compañero de bancada, el entrerriano Edgardo Kueider, solicitó. “Fueron muy pocos cambios, casi nada. No me sirve”, respondió para este medio.
Entre las principales resistencias del Gobierno a las reformas que pidió Kueider están las de excluir a Aerolíneas Argentinas y al Correo Argentino de la lista de empresas susceptibles a privatización. El Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones, el punto más rechazado por la oposición, debería alterar su forma sustancialmente. El oficialismo tampoco adscribió a las modificaciones que los senadores solicitaron para el impuesto a las Ganancias y el régimen de monotributo social, presentes en la reforma fiscal.
“El Gobierno acepta hasta donde le parece que pueda aceptar”, reconoció Guillermo Francos en la conferencia de prensa donde se presentó como nuevo jefe de Gabinete. Existe un grupo de senadores que aún creen que hay más cambios posibles.